Es el momento de empezar, de nuevo, mi propia historia.
Ahora yo soy un muro frío y a la vez una bomba caliente. Me he convertido en una persona que puede quemarte o herirte, rabiosa y celosa. Con ganas de que me vuelvas a preguntar cómo estoy y ganas de que me dejes en paz. Buscando trabajo también. Intentando encontrar un término medio de actitud, esperanza y ganas. Tengo ganas y necesidad de ciertas cosas pero me siento insegura y dolida. Con ganas de gritar y llorar pero también de conectar con la naturaleza y reencontrarme conmigo misma. Disfrutar con mis hombres. Salir y oler la montaña me traslada a mi infancia. Estoy perdida.
“ Un bebé que sólo fue bebé y no le dio tiempo a ser nada más a los ojos de los ignorantes, pero que fue todo lo grande que se puede ser en el corazón de sus papás. (…)
El mundo se detiene. Sientes que todo se desvanece y un dolor indescriptible se apodera de ti hasta dejarte sin respiración. A partir de ese instante, ya nada es igual. (…)”
Así lo escribe Noelia Sánchez de Duelo con Doula, una página de acompañamiento en la pérdida Gestacional – Neonatal y el Nuevo Embarazo, en su post Cada bebé por su nombre. Te copio su información en Facebook
“La Doula es una mujer que acompaña física y emocionalmente a otra durante su proceso maternal. Por lo general cuando hablamos de maternidad, nos viene a la mente una mamá con un bebé en brazos, pero la maternidad tiene muchas caras y en ocasiones nos toca decir adiós antes de poder haber dicho hola. Como doula, siento la necesidad de acompañar la maternidad en el sentido más amplio de la palabra y centrarme en las mamás y papás más especiales, aquellos que inician su proceso con los brazos vacíos y el corazón roto. UN DOLOR ACOMPAÑADO, DUELE MENOS”
Pienso en el vacío que he sentido ante mi aborto espontáneo de ocho semanas pese a estar rodeada de cariño y apoyo y no puedo ni siquiera acercarme al sentimiento de los padres que han sufrido la pérdida de sus bebés al nacer o casi en el momento de nacer. Todo mi respeto y admiración para esas familias. Así que desde aquí dar las gracias por el trabajo que hacen todas esas personas en las Asociaciones que he ido encontrándome buscando consuelo en Internet, como Duelo con Doula, Petits amb Llum (me atreví a compartir mis sensaciones y recibí unas reconfortantes palabras de Ainhoa y mucho ánimo), Umamanita e imagino que habrá algunas más repartidas por toda España, formadas por padres y madres unas y por profesionales otras…
Maquillarme y vestirme me da un poco de fuerza para verme bien. En un arranque me voy a echar cv. Me sigue liberando escribir y contar cómo me siento a otras personas nuevas en mi vida, que me dan su opinión fuera del prisma familiar. Me sorprenden por su empatía y cariño casi todas pese a ser de fuera. Creo que empiezo a ver con claridad. Gracias. Dicen que no hay mal que por bien no venga y es feo, como me han dicho, que tenga que pasarme algo tan triste para darme cuenta de algunas cosas. Se dice que de los palos se aprende y que el tiempo pone las cosas en su sitio. Son frases hechas que soltamos sin pensar o sin querer o sin saber qué decir. La última es una de las favoritas de mi madre y me fastidia cuando la dice porque es verdad. Pero mientras el tiempo pasa y va haciendo de las suyas no quiero quedarme tumbada en el sofá (que es lo que me apetece). Así que me he obligado a vestirme una sonrisa y aprovechar los instantes mágicos que me brinda la vida y que no soy capaz ahora de disfrutar.
Es el momento de empezar, de nuevo, mi propia historia. Más que nunca la nuestra, nuestra historia. La de nosotros tres, que ya no seremos cuatro (de momento) Nunca me cansaré de dar las gracias y sobretodo de dárselas a él, mi marido. Por fin nos hemos reencontrado en algún lugar que hasta ahora no conocíamos.
Y aunque escribo esto siendo fin de semana mi marido está trabajando. Pongo la música a tope y bailo con mi hijo, hago un poco de limpieza, nos vestimos y salimos al parque; hace bastante sol y no llevamos abrigos. Pienso. Recuerdo. Hago planes. Suspiro. Anoto todo esto sentada en un banco, dándome el sol en la cara. Quiero cambiar cosas. Van a cambiar cosas.
Te dejo unas fotos de hace unos días cazando instantes y sonrisas en Mura, un pueblo con encanto entre Terrassa y Manresa (Barcelona). Y te copio mi post Princesa de hace unos meses, para que no nos quedemos con este regusto amargo hoy.
"Fui la princesa de mi casa; soy la pequeña y la única niña de cuatro hermanos.
Pasé muchos fines de semana en una casa rústica pequeña, con muebles de pino y una chimenea de piedra, con un jardín inmenso, un bosque de pinos, un gallinero, conejos, patos, perros y gatos, con vecinos de mi edad y mucho tiempo y espacio para soñar y jugar a ser princesa. Soñaba que mi boda sería en una escalinata de piedra, como aquella en la que jugaba tantas veces, rodeada de muchos árboles y flores, dónde se viera mucho verde. ¡Cuántas veces me puse el vestido de novia de mi madre!
El día de mi boda lloré de felicidad al verme subiendo una escalinata de piedra, enganchándome nerviosa el velo y el vestido en ella, andando por una alfombra rodeada de sillas entre los muros y salones de piedra, árboles y plantas al fondo, sola con mi pensamiento, princesa de mis sueños de niña, consciente de que eso era sólo un instante en mi vida y a la vez, triste. Princesa pendiente de nadie.
Me pasa que cuando voy al campo, al bosque, a la montaña, hay olores, sensaciones, instantes mágicos que me hacen otra vez princesa. Sí, el topicazo de las pequeñas cosas de la vida. Hundir la nariz entre el pelo de mi hijo y olerlo y ser capaz de sentirme enormemente plena y no estar preocupada ni amargada por la crisis, por la hipoteca, en fin, por dinero. Llegar a casa y escribir esos momentos para que no se me olviden esos ratos cortos de paz interior porque tengo que volver a llamar al perro para que haga caso, a apartarme las moscas a manotazos, (qué calor!) a preparar la cena, recoger la ropa…
Hace unas semanas fuimos a una boda y en el último momento me decidí a plantarme unos taconazos imposibles. Andando hacia el coche mi hijo me dijo que ¡por fin me ponía unos zapatos de princesa! Vale, en el aperitivo ya iba descalza pero por un rato fui princesa otra vez; ¡la princesa de mi niño!
Seguro que tu también tienes tus momentazos princesa, esos ratos egoístas muy tuyos en los que te conviertes en la reina de tu casa poniéndote guapa, tirándote a no hacer nada, leyendo tu revista favorita, dejándote querer, dándote permiso para relajarte y sentir. Yo, disfruto con la mano de mi marido unos segundos sobre la mía mientras conduce de vuelta a casa, admirando a mi madre, reina capaz de levantar imperios. Con un ratejo sola con unas velas, escribiendo. Coger el coche con la familia y cambiar a otro planeta en un momento… Concédete el próximo baile. Escribe tu propio cuento. Princesa."
Gracias por leer. Post by Merche
Comentarios
Víctor Hugo
En mi proceso de duelo encontré esto, unas palabras de Víctor Hugo que me acompañan cuando me pierdo en mi dolor y me ayudan a ver ese poquito de luz que penetra en las horas más oscuras.
Me encanta todo lo que has escrito.Gracias por compartir... yo soy de las que busca y lee en silencio, detrás de la pantalla y de momento aun no me atrevo a decir nada... èl dolor a veces deja mudo...
Muchas gracias, bonitas fotos... iremos a Mura.
Mònica
Víctor Hugo
En mi proceso de duelo, encontré estas palabras, que són las que me acompañasn en las horas más oscuras en ese intento de ver traspasar la luz en esa perpetua oscuridad.
Gracias por tus palabras.
Visitaremos Mura.
Mònica