Soy feliz. Lo que pasa es que a veces no me doy cuenta.
Cuando voy por casa inventándome cancioncitas o cambiándoles la letra a otras. Cuando Princesa Guerrera no duerme y se enrabieta y yo muero de sueño. Cuando lloro de cansancio (y ella también). Cuando hago cosas con un solo brazo porque con el otro cargo a la peque casi todas las horas del día. Cuando no comen. NADA. Cuando Pequeño Gran Hombre ve que su hermana le deja un rato de mamá libre y se suelta la lengua y empieza a explicarme sus historias y yo aunque muero de amor por él solamente necesito silencio. Es en esos ratos cuando no me doy cuenta, básicamente porque no me queda TIEMPO, de que estoy en una etapa muy feliz de mi vida. No sé lo qué vendrá y a veces hablando con MM hasta olvido qué había antes de ellos, qué hacíamos con nuestros fines de semana y con nuestro tiempo. MM y yo apenas hablamos (no me preguntes por otras cosas...), no encontramos hueco y cuando lo hay (redoble de campanas) vuelvo a morir de cansancio.
Y en todas estas maneras mías de morir por algo, ayer, cuando acabó el día de mi 31 cumpleaños y nos metimos en la cama (solos, porque Princesa Guerrera estaba con la Yaya) sentí morir en silencio de agradecimiento. Llamé a PGH, que deseaba venir a nuestra cama y él sabiendo que no estaba su hermana esa noche ocupándola se tumbó con nosotros, acariciándome el pelo y dándome besos y diciéndome que era la MEJOR MADRE DEL MUNDO. Y ahí fue cuando, instante mágico, ahí me dije, que eso era ser feliz. Ahí sí que morí de GRACIAS.
Mi cumple coincide con nuestro aniversario de boda. GRACIAS MM. Por 9 años maravillosos de casados. Con la crisis, la hipoteca, las obras, los embarazos, los partos, la tienda, la no tienda, el paro, el dinero, las facturas, los enfados, la tormenta, el arcoiris, la calma, ... Por tanto amor y de tantas formas. Unas veces en silencio y otras a gritos. Por tanta paciencia. Por no soltarme la mano NUNCA. GRACIAS.
GRACIAS Pequeño Gran Hombre. Por enseñarme tanto y cada día. Por tu amor PURO. Tus enfados, tus porqué, tus abrazos,... TE AMO.
GRACIAS Princesa Guerrera por haber llegado. Por la paz con la que te presentaste en este mundo y la fuerza que estás sacando; eres un torbellino de VIDA.
GRACIAS a mi Santa Madre por tanto.
Y gracias a cada una de las personas que me han felicitado por este cumpleaños, tanto a las que veo como a las que no. Me hayan felicitado por Facebook o por Whatsapp o con una llamada o en persona, cada una de las palabras me han hecho sentirme especial. Y a las felicitaciones esas auténticas, esas que se sienten de verdad, esa magia llega; GRACIAS. Soy afortunada, mucho. Y torpe también en no mantener ciertas relaciones ays ya sea por falta de tiempo, ya lo sé, que no de ganas, quizá pereza eso sí o rutina, o fallo de no saber expresar en persona muchas veces (casi siempre) lo que de verdad siento.
Soy la misma persona afortunada cuando sudorosa doy el pecho. Cuando lo doy con amor y cuando lo doy por desesperación y como tetanalgesia. Cuando me trago maratones de dibujos animados. Cuando me dejo la espalda en el colecho. Cuando odio el colecho. Cuando lo amo y suspiro mirado a mis hijos dormidos. Con ojeras. Con las dos primeras canas que me he visto. Con la flaccidez de mi cuerpo y esas primeras arruguitas alrededor de los ojos. Cuando en pijama y con malos pelos no he salido de casa en todo el día y al mirarme al espejo me devuelve la mirada una maruja. Cuando aún así mi hijo me dice que soy una mamá joven y guapa y MM me sigue haciendo sentir bella. Sigo siendo yo con mi carácter viejoven. Cuando me vuelvo agria por el cansancio. Soy afortunada aún cuando no soy consciente de serlo porque la vida me depara aún mucho aprendizaje y oportunidades.
GRACIAS A LA VIDA. Por hacer, por ejemplo, que no muramos de desnutrición con mi pésima gestión de las comidas a veces (por eso existen los tupperware de Yaya).
No siempre estoy tan inspirada y agradecida y ante mi vicio de quejarme quiero adquirir el vicio de dar las gracias. Así, aunque me cueste, cuando tras darme la paliza mi casa solamente parezca de anuncio, ordenada y limpia pues eso, lo que dura un anuncio. Aún así, gracias por llenar mi vida de amor (llantos) y risas.
Post by Merche. Te espero en mi página de Facebook Los zapatos de mamá: moda, belleza, ocio, familia, trabajo, ideas y el poder de las pequeñas cosas.
Cuando voy por casa inventándome cancioncitas o cambiándoles la letra a otras. Cuando Princesa Guerrera no duerme y se enrabieta y yo muero de sueño. Cuando lloro de cansancio (y ella también). Cuando hago cosas con un solo brazo porque con el otro cargo a la peque casi todas las horas del día. Cuando no comen. NADA. Cuando Pequeño Gran Hombre ve que su hermana le deja un rato de mamá libre y se suelta la lengua y empieza a explicarme sus historias y yo aunque muero de amor por él solamente necesito silencio. Es en esos ratos cuando no me doy cuenta, básicamente porque no me queda TIEMPO, de que estoy en una etapa muy feliz de mi vida. No sé lo qué vendrá y a veces hablando con MM hasta olvido qué había antes de ellos, qué hacíamos con nuestros fines de semana y con nuestro tiempo. MM y yo apenas hablamos (
Y en todas estas maneras mías de morir por algo, ayer, cuando acabó el día de mi 31 cumpleaños y nos metimos en la cama (solos, porque Princesa Guerrera estaba con la Yaya) sentí morir en silencio de agradecimiento. Llamé a PGH, que deseaba venir a nuestra cama y él sabiendo que no estaba su hermana esa noche ocupándola se tumbó con nosotros, acariciándome el pelo y dándome besos y diciéndome que era la MEJOR MADRE DEL MUNDO. Y ahí fue cuando, instante mágico, ahí me dije, que eso era ser feliz. Ahí sí que morí de GRACIAS.
Mi cumple coincide con nuestro aniversario de boda. GRACIAS MM. Por 9 años maravillosos de casados. Con la crisis, la hipoteca, las obras, los embarazos, los partos, la tienda, la no tienda, el paro, el dinero, las facturas, los enfados, la tormenta, el arcoiris, la calma, ... Por tanto amor y de tantas formas. Unas veces en silencio y otras a gritos. Por tanta paciencia. Por no soltarme la mano NUNCA. GRACIAS.
GRACIAS Pequeño Gran Hombre. Por enseñarme tanto y cada día. Por tu amor PURO. Tus enfados, tus porqué, tus abrazos,... TE AMO.
GRACIAS Princesa Guerrera por haber llegado. Por la paz con la que te presentaste en este mundo y la fuerza que estás sacando; eres un torbellino de VIDA.
GRACIAS a mi Santa Madre por tanto.
Y gracias a cada una de las personas que me han felicitado por este cumpleaños, tanto a las que veo como a las que no. Me hayan felicitado por Facebook o por Whatsapp o con una llamada o en persona, cada una de las palabras me han hecho sentirme especial. Y a las felicitaciones esas auténticas, esas que se sienten de verdad, esa magia llega; GRACIAS. Soy afortunada, mucho. Y torpe también en no mantener ciertas relaciones ays ya sea por falta de tiempo, ya lo sé, que no de ganas, quizá pereza eso sí o rutina, o fallo de no saber expresar en persona muchas veces (casi siempre) lo que de verdad siento.
Soy la misma persona afortunada cuando sudorosa doy el pecho. Cuando lo doy con amor y cuando lo doy por desesperación y como tetanalgesia. Cuando me trago maratones de dibujos animados. Cuando me dejo la espalda en el colecho. Cuando odio el colecho. Cuando lo amo y suspiro mirado a mis hijos dormidos. Con ojeras. Con las dos primeras canas que me he visto. Con la flaccidez de mi cuerpo y esas primeras arruguitas alrededor de los ojos. Cuando en pijama y con malos pelos no he salido de casa en todo el día y al mirarme al espejo me devuelve la mirada una maruja. Cuando aún así mi hijo me dice que soy una mamá joven y guapa y MM me sigue haciendo sentir bella. Sigo siendo yo con mi carácter viejoven. Cuando me vuelvo agria por el cansancio. Soy afortunada aún cuando no soy consciente de serlo porque la vida me depara aún mucho aprendizaje y oportunidades.
Con Pequeño Gran Hombre y Princesa Guerrera estrenando palo selfie
Cena de cumple! Me vengo arriba y en un momentín bien guapa me pongo jeje así que gracias a mi pelo que por una vez me ha quedado decente con poco tiempo y mínimo esfuerzo, qué suerte la mía!!!!! Yo con mono estampado de Bershka de temporadas pasadas. Las sandalias de plataforma también de estreno, regalo de cumpleaños de mis hombres, de Marlo's (precio original 49,90€, compradas por sólo 9€! aunque en la caja pone 19€) tienda oulet de zapatos de Baricentro (en la web del centro comercial se indica que en esa zapatería hacen descuentos a parados, familias numerosas y titulares del Carnet Jove). Princesa Guerrera lleva un vestido ¡mío! Una prenda que mi madre ha guardado nada más y nada menos que 30 años! Pequeño Gran Hombre lleva zapatillas de lona vaquera de Carrefour, bermudas de Tinc un somni, camiseta de segunda mano y chaleco heredado
GRACIAS A LA VIDA. Por hacer, por ejemplo, que no muramos de desnutrición con mi pésima gestión de las comidas a veces (por eso existen los tupperware de Yaya).
No siempre estoy tan inspirada y agradecida y ante mi vicio de quejarme quiero adquirir el vicio de dar las gracias. Así, aunque me cueste, cuando tras darme la paliza mi casa solamente parezca de anuncio, ordenada y limpia pues eso, lo que dura un anuncio. Aún así, gracias por llenar mi vida de amor (llantos) y risas.
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