Lo pienso muchas veces cuando me siento fuerte: todo este dolor tiene que
servir para algo. En qué podría emplearlo? Ahora mismo sólo para pensar en
Mario. Para dar luz a Mario y con él a muchos otros bebés. Quizá algún día,
quién sabe, mis palabras puedan dar luz por unos instantes a alguna mamá.
Mario es invisible para todo el mundo. Mario“hubiera sido”
es mi segundo hijo. Se fue a las pocas semanas de embarazo, quizá a los pocos
días o horas médicamente hablando, el 22/01/2014, justo un día después de que
Jorge, mi primer hijo, cumpliera cinco preciosos años. Ese día mi vida cambió
por completo. Hacía mucho tiempo que deseaba volver a ser madre y cuando por
fin, mi marido y yo coincidimos en ese deseo llegó Mario, para marcharse muy muy
pronto y con una gran sacudida instalarse para siempre en nuestros
corazones.
He escrito varias veces cartas para Mario. Post sobre el dolor vivido esos primeros días y semanas. Cómo se rompieron nuestras ilusiones y planes. Ahora es distinto; el dolor sigue estando y sigue siendo fuerte pero mi día a día ha vuelto casi del todo a la normalidad. Han pasado casi diez meses y Mario tendría ahora tres meses de vida si hubiera nacido. La tormenta y la tortura de las lágrimas y el constante ahogo, la embestida fuerte de odio y rabia ha pasado. Vivir los primeros días con las frases de “eres muy joven”, “ya tendrás más” o “si no tenía que venir bien mejor así” que hasta los que más te quieren te dicen para animarte no hicieron más que intensificar el daño. Las noticias de embarazos de familiares y amigos se volvieron alegrías muy tristes.
La pena me hizo recordar el dolor vivido años atrás por las pérdidas de otras personas muy importantes en mi vida. Ahora, queda aún una herida muy grande que tiene que cicatrizar con el silencio de la mayoría de los que nos rodean: Mario no ha nacido y por lo tanto no ha existido. Nadie pregunta ni preguntará por él porque sólo ha vivido apenas unos días dentro de mi. Yo misma no he dado importancia a las pérdidas de embarazos o bebés de otras mujeres; hasta que me ha pasado a mí. Nadie más que nosotros sus padres, sabremos que esta Navidad hay unasilla cuna vacía. Quizá lo que nos pasa a todos es que no sabemos qué decir o qué hacer, cómo comportarnos cuando un bebé que esperamos recibir con la mayor felicidad del mundo se va, sin que sea culpa de nadie, tan pronto. Ya sea en el embarazo, en el parto o a las pocas horas o días de nacer.
Creo que quise a “mi guisante” incluso antes de saber que estaba embarazada. Lo deseaba tanto! Y pronto su hermano mayor Jorge eligió para él su nombre. Sentía que iba a ser otro niño!
La fecha probable de parto fue muy difícil y muy triste con mis brazos vacíos y mi corazón lleno de rabia: ¿por qué a mí? Los nacimientos de los demás bebés se han ido sucediendo de forma normal y por fin he podido suspirar de tranquilidad y alegrarme mucho pero a la vez se me coge un pellizco de pena al pensar ¿por qué mi bebé no está?
Poco a poco llega la luz y sé que algún día llegará la paz definitiva sin olvidar a Mario.
Esperaba que esta Navidad sería distinta, en mi equipo pasaríamos de ser tres a ser cuatro. Luego vacío total. Estaba ya pensando en que estaría tristona hoy Nochebuena y al final espero las fiestas con ilusión. No la misma, por supuesto. Pero sí con ganas y energía.
Porque cuando Jorge, mi hijo mayor, me coge la mano al salir del cole me siento llena. Con su manita pequeña, siempre calentita y sucia. Es ya bastante independiente, lleva su mochila colgada, habla por los codos, quiere contarme cosas. Y cuando tiene el día torcido pues se nos tuerce a los demás. Tiene mucho carácter. Quiere nuestra atención. Y la necesita.
Pues por sorpresa me veo ahora con el cuerpo y la mente preparados para, por unos días, desconectar del trabajo y conectar conmigo misma y con mis hombres y permitirme disfrutar la Navidad. Con ganas de que termine este año horrible. Con ilusión y miedo por el año que viene. Pero sobretodo con ganas. A la vuelta te cuento! Te dejo con unas fotos de mi equipo y de algunas de las frases de mi mural de los buenos deseos.
Gracias por leer. Post By Merche
Mario es invisible para todo el mundo. Mario
He escrito varias veces cartas para Mario. Post sobre el dolor vivido esos primeros días y semanas. Cómo se rompieron nuestras ilusiones y planes. Ahora es distinto; el dolor sigue estando y sigue siendo fuerte pero mi día a día ha vuelto casi del todo a la normalidad. Han pasado casi diez meses y Mario tendría ahora tres meses de vida si hubiera nacido. La tormenta y la tortura de las lágrimas y el constante ahogo, la embestida fuerte de odio y rabia ha pasado. Vivir los primeros días con las frases de “eres muy joven”, “ya tendrás más” o “si no tenía que venir bien mejor así” que hasta los que más te quieren te dicen para animarte no hicieron más que intensificar el daño. Las noticias de embarazos de familiares y amigos se volvieron alegrías muy tristes.
La pena me hizo recordar el dolor vivido años atrás por las pérdidas de otras personas muy importantes en mi vida. Ahora, queda aún una herida muy grande que tiene que cicatrizar con el silencio de la mayoría de los que nos rodean: Mario no ha nacido y por lo tanto no ha existido. Nadie pregunta ni preguntará por él porque sólo ha vivido apenas unos días dentro de mi. Yo misma no he dado importancia a las pérdidas de embarazos o bebés de otras mujeres; hasta que me ha pasado a mí. Nadie más que nosotros sus padres, sabremos que esta Navidad hay una
Creo que quise a “mi guisante” incluso antes de saber que estaba embarazada. Lo deseaba tanto! Y pronto su hermano mayor Jorge eligió para él su nombre. Sentía que iba a ser otro niño!
La fecha probable de parto fue muy difícil y muy triste con mis brazos vacíos y mi corazón lleno de rabia: ¿por qué a mí? Los nacimientos de los demás bebés se han ido sucediendo de forma normal y por fin he podido suspirar de tranquilidad y alegrarme mucho pero a la vez se me coge un pellizco de pena al pensar ¿por qué mi bebé no está?
Poco a poco llega la luz y sé que algún día llegará la paz definitiva sin olvidar a Mario.
Esperaba que esta Navidad sería distinta, en mi equipo pasaríamos de ser tres a ser cuatro. Luego vacío total. Estaba ya pensando en que estaría tristona hoy Nochebuena y al final espero las fiestas con ilusión. No la misma, por supuesto. Pero sí con ganas y energía.
Porque cuando Jorge, mi hijo mayor, me coge la mano al salir del cole me siento llena. Con su manita pequeña, siempre calentita y sucia. Es ya bastante independiente, lleva su mochila colgada, habla por los codos, quiere contarme cosas. Y cuando tiene el día torcido pues se nos tuerce a los demás. Tiene mucho carácter. Quiere nuestra atención. Y la necesita.
Pues por sorpresa me veo ahora con el cuerpo y la mente preparados para, por unos días, desconectar del trabajo y conectar conmigo misma y con mis hombres y permitirme disfrutar la Navidad. Con ganas de que termine este año horrible. Con ilusión y miedo por el año que viene. Pero sobretodo con ganas. A la vuelta te cuento! Te dejo con unas fotos de mi equipo y de algunas de las frases de mi mural de los buenos deseos.
Gracias por leer. Post By Merche
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